Por fin llegó el sábado 15 de Julio. Desde hacía meses la Peña Himalaya soñaba en este plan estival en los Pirineos. El objetivo, subir de nuevo el Perdiguero de 3.222m. pero esta vez desde la ladera francesa, ruta mucho más larga y hermosa como las haya.
Contra todo pronóstico formamos un buen equipo de montañeros con un amplio abanico de edades, 12 en total. Tras un viaje contrarreloj llegamos a Vihella, donde asistimos a la Santa Misa dominical y poco después nos introdujimos en Francia, el país de las tinieblas, pues el buen tiempo se quedó en España.
Fue llegar al aparcamiento del valle d´Oô y empezar a lloviznar, poquita cosa, pero acabamos empapados con el «chirimiri». En el primer refugio, donde acampamos todo estaba mojado y la poca luz del día se difuminaba con la niebla. ¡Menos mal que nos permitieron cenar en el interior del Refugio!
Pensábamos que el domingo amanecería todo limpio y despejado, con magníficas vistas del gran lac d´Oô, pues nada de eso, la niebla y un simpático burro hambriento amenizaron nuestro desayuno bajo la finas gotas de lluvia.
Seguimos ascendiendo por una senda perfectamente marcada. En poco menos de dos horas llegamos al Refugio d´Espingo, situado en un collado a unos 2000m de altitud. Por fin la niebla se desvaneció y nos permitió ver el impresionante paisaje que nos rodeaba, además los girones de niebla que revoloteaban por los alrededores nos mostraron una vez más la increíble magia de la montaña.
Ya viendo el terreno que pisábamos fuimos avanzando por aquellos hermosos lagos hacia el último de los refugios, a 2600 m. allí pernoctaríamos y acumularíamos fuerzas para el asalto final en la madrugada del lunes 17.
De buena mañana, sobre las 4.30 iniciamos los preparativos, desayunamos en el mismo refugio a base de pan, mantequilla y mermelada y con la noche cerrada iniciamos la ascensión a la luz de los frontales. Casi sin darnos cuenta nos plantamos a 2800 metros en medio de un terreno escarpado y abrupto. Poco a poco fuimos ganándole metros al Perdiguero hasta llegar a la cresta. De nuevo la niebla nos redujo la visibilidad, aunque casi que mejor, así no veíamos los precipicios que se vislumbraban por la parte española. Serian más o menos las 8 de la mañana cuando llegamos a la cumbre, el viento soplaba con cierta fuerza y en ocasiones la niebla corría y desvelaba el magnífico paisaje de la vertiente sur. Llamaba la atención como la niebla se agazapaba tras las crestas orientales al abrigo de la ladera norte, pues el viento la azotaba desde el sur.
Tras las fotos de rigor iniciamos el descenso con mucho cuidado. El tiempo matutino se fue estabilizando y la visibilidad llego a ser completa. Desandando lo andado llegamos al Refugio du Portillón sobre las 11 y pico. Nos esperaba una larga jornada de descenso con todo el material a cuentas, unos 1400 metros hasta llegar a los vehículos.
El verde intenso y el azul de los lagos iluminados por un sol radiante nos acompañó durante todo el recorrido, incluso el calor estival hizo acto de presencia. Una vez en el lago d´Oô pudimos saborear la grandeza del lugar, pues la niebla del primer día nos lo impidió. Al fondo del gran lago una altísima cascada, a modo de cola de caballo, embellecía el paisaje.
Poco antes de las 5 llegamos al punto de partida. Arreglamos mínimamente las cosas y partimos hacia Lourdes, allí en un camping podríamos ducharnos, cambiar de ropa y tener una sabrosa cena a base de botes de garbanzos y salchichas frankfurt. Casi a las 10 de la noche nos acercamos a la Gruta de la Virgen y aunque cansados pudimos dejar en las manos de Nuestra Señora todas nuestras preocupaciones.
El martes 18, tras un potente desayuno iniciamos el viaje de regreso. A partir de la frontera el calor iba aumentando y pudimos sobrevivir el paso por Zaragoza gracias a los aparatos de refrigeración. Sobre las 9 de la noche llegamos de nuevo a Escora.
Qué preciosidad de excursión enhorabuena!