Como en años anteriores la Peña Himalaya organizó en el mes de julio una expedición al Pirineo. El sábado 13, cuatro veteranos, Enrique G, Ricardo C. Victor T. y Vicente P, más cuatro promesa del montañismo, J. María B. Juan F. Daniel B y Lucas B. salimos de Escora con el tiempo justo para llegar a Misa de 18.30 en Argelès Gazost.
Sobre la 8.30 de la tarde iniciamos la larga ascensión al Vignemale desde el valle d´Estom, cerca de Cauterets. Anduvimos hasta que la noche se nos echo encima y muy cerca de la cabaña Pouey Caut, junto al río, montamos las tiendas para pernoctar.
De buena mañana el domingo 14 un francés, según pudimos deducir, nos echo un “puro” por no desmontar la tienda antes de las 7, que según parece era obligatorio. ¡Bien empezamos!
Tras guardar los sacos y las tiendas en la citada cabaña seguimos con el mínimo peso posible en dirección al grandioso lago d´Estom a 1800m. Por el recorrido, impresionantes cascadas y un cielo azul intenso nos auguraban una jornada gloriosa. Tras remontar dicho lago fuimos ganando metros a la montaña en busca del collado de Labas a 2750m. En un momento determinado se acabó el sendero siguiendo la ascensión de hito en hito (montoncitos de piedras). Todo eran piedras y pedruscos, de vez en cuando una pala de nieve y para rematar la subida, el collado con fuerte pendiente.
Desde el col de Labas teníamos enfrente el Vignemale y su largo glaciar, el más grande de los Pirineos. Allí descansamos y gozamos del inmenso panorama. También se veía al alcance de la mano el Refugio de Bayssellance, objetivo de esta primera jornada. Pero la cosa se puso tensa; a pesar de ser una camino bien marcado en el mapa resultó ser una mini senda muy expuesta. Poco a poco y con algo de ansiedad por si se complicaba más todavía, realizamos la travesía de esos 200 metros comprometidos.
Por la tarde nos alojamos en el Refugio y tras descansar un poco, preparamos el material para el día siguiente, polainas, crampones, técnicas a emplear etc. y sobre todo a calentar la oreja al encargado del Refugio para que nos dejara ver con su internet vía satélite el esperado partido de España – Inglaterra.
Después de la cena y tras un rato de espera e impaciencia por saber del gran partido, allá por el minuto 55 el encargado tuvo a bien instalar su ordenador en una mesita para que los españoles pudiéramos seguir a nuestra selección, lo demás es bien conocidos por todos.
De buena mañana el viento azotaba el Refugio y las cumbres se veían encapotadas, así que tras un buen desayuno iniciamos la última etapa sin demasiada confianza en el éxito de la expedición. A medida que avanzábamos por el glaciar, con los crampones puesto y piolet en mano, el tiempo nos iba sonriendo y en cuestión de dos horas y media nos encontrábamos en el gran “platou” del Glaciar del Vignemale, solo nos quedaba trepar los últimos 100 metros. Para subir más ligeros dejamos todo el material en la misma base.
Serían poco más de la 9 de la mañana cuando llegamos a la anhelada cumbre, teníamos enfrente unas vistas impresionantes, que si el Balaitus, que si el Tallón , que si el Midi d´Ossou. A nuestros pies el magnífico valle de Gaube y un poco a la derecha, en miniatura, el refugio donde habíamos pernoctado.
Tras las fotos de rigor y con buen tiempo iniciamos con mucho cuidado el destrepe que nos llevaría a la base del pináculo del Vignemale. El resto del descenso hasta Bayssellance fue coser y cantar, la nieve estaba en perfectas condiciones y las pendientes eran muy asumibles.
En el refugio comimos el resto de nuestras viandas y decidimos volver por el col d´Arrille en lugar del col de Labas, suponía una larga vuelta pero nos evitaba los doscientos metros de travesía súper expuesta. El regreso resulto ser un tanto duro, había mucho que descender y muchas piedras que saltar pero poco a poco llegamos, sobre las 6 de la tarde, al lago d´Estom. José María y Juan, se bañaron en las gélidas aguas a pesar de que la niebla ya hacia acto de presencia. Siguiendo el camino y tras recoger las tiendas y sacos escondidos llegamos, bien observados por la vacas del lugar y en medio de una espesa niebla, al parquin donde teníamos el vehículo.
Nuestro siguiente objetivo era acampar en un camping de Lourdes y esa misma noche acudir a la Gruta para encomendar a la Virgen tantas intenciones que llevamos entre manos y darle gracias por la ayuda que no cesa de conseguir para sus hijos.
Todo correcto y cierto!!!!