Dado que en esta ocasión solo éramos dos, cambiamos el plan y en vez de dormir en la base subiríamos a la cumbre a vivaquear.
Sobre las 7 de la tarde del sábado 18 iniciamos la ascensión, no había nadie en toda la montaña. Si algo nos llamó la atención durante la subida fue el atronador silencio que cubría la Sagra.
Encontramos nieve a partir del embudo y desde el caramelo el manto ya era continuo, de unos 10 cm. Una vez en la cumbre preparamos una plataforma con el material de vivac y sobre las 11 nos metimos en el saco. Bajamos a -3 grados en esa noche pero no hizo viento. La estrellas iba circulando ante nuestros ojos a medida que transcurría la noche.
Con las primeras luces, tuvimos que emplearnos a fondo para deshacer un poco de nieve y calentar una buena taza de café. La bajada la hicimos por la Y griega, sin perder el tiempo, pues a las 12 era la Santa Misa en la Parroquia de la Puebla de Don Fadrique.